sábado, 11 de agosto de 2007

Cosas que hacer en caso de una invasión zombie




De ser un stripper famoso a ser perseguido por zombies hambrientos hay solo un paso .

Asúmanlo, el mundo está destinado al apocalipsis. Algunas voces se han alzado contra la marea de incredulidad, siendo burladas y desoídas. Pero el día en que los muertos se alcen está cerca. ¿Está seguro de que no ha visto ya algún zombie por ahí? Porque es cierto, amigos, cuando ya no haya más sitio en el infierno los muertos caminarán por la Tierra.

Putas malagueñas

A pesar de los incrédulos y los escépticos, gente que ignora las evidencias por una lastimera esperanza que se verá más pronto que tarde truncada, el mundo, tal y como lo conocemos, está condenado. Da igual que sea una nave de venus, un virus o problemas de radiación, cuando los zombies caminen no harán distinciones. Están llamados a dominar el mundo y lo que nos queda a nosotros, los vivos, es no serles un plato fácil de conseguir. El enemigo no es Al-Qaeda, ni EE.UU. ni Corea del Norte. No, no y mil veces no. El enemigo ahora duerme bajo tierra, pero puede que también a nuestro lado. Y ya va siendo hora de que nos enteremos de algunas cosas para cuando nos sea necesario.


1.Las plantas bajas y los centros comerciales no son un buen refugio. Debemos comprender que, a pesar de que podrían proporcionarnos bienes rápidamente, las cristaleras no suponen mucha defensa contra las mareas de zombies. Y tengan por seguro que esos enormes pasillos del Carrefour son un laberinto mortal que acabará lleno de muertos vivientes deseosos de hincar los dientes en nuestros jugosos encéfalos. En cuestión de refugios contra zombies, cuanto más alto, mejor.

1.1 Nunca ir al Meridiano : quien coño te crees que eres , un puto kinki ?¿

2.Él ya no es su padre. Ni su madre, su amigo, su novia o su perro. Cuando un zombie muerde a alguien, deja de ser persona para convertirse en una amenaza inminente. No entre en sentimentalismos baratos y dele una muerte digna. Ni se le ocurra pasar los últimos momentos agarrándole la mano mientras le despide con lágrimas en los ojos, porque lo próximo que verá es su boca en su brazo. Recuerde: Esto es una batalla por la supervivencia y los muertos son nuestros enemigos. Aplíquese el cuento y no se pongas a llorar si es a usted a quien muerden. Es mejor un tiro en la cabeza a tiempo que engrosar la legión de zombies. Cést la vie.

3.No se separe, coño. ¿Acaso no ha visto nuca una película de terror? ¿Qué le pasa al que se separa? No se haga el valiente diciendo "Voy a ver qué ha sido ese ruido", porque no le volverán a ver el pelo. Cuando el grupo se mueva, muévase con ellos. No vigile el refugio usted solo, no hagas rondas solo, no se aleje de donde le puedan ver. Recuerde, es mejor afrontar la muerte en grupo que vérselas a solas con una patulea de comecerebros.

4.Hágase con armas, preferiblemente las que le permitan matar a un zombie sin tener que olerle el aliento. Pistolas, rifles y escopetas están muy bien, pero recuerde que debe acertarles en la cabeza, de otro modo solo tendremos un zombie agujereado. Si no tiene buena puntería, consiga un hacha, una espada o un palo largo. Intente evitar armas que se puedan quedar clavadas en los zombies. Y por el amor de George Romero, no se quede peleando con una horda de zombies, no tiene las de ganar.

5.Espere al momento del anticlímax. Cuando crea que ya está seguro, salte a un lado y mire alrededor. El zombie estará esperando al momento en que crea que ha pasado el peligro para aparecer dentro de un armario, detrás de un mostrador o a través de una ventana. Y no sea idiota: El único sitio donde debe apoyar la espalda es en una buena pared de ladrillos. O mejor, de hormigón armado. No se acerque a un radio de 3 metros de una ventana que no esté bien rejada.

6.Únase sólo a gente en la que confíe. Los grupos de supervivientes suelen estar muy traumatizados, especialmente aquellos que jamás habían pensado en fin del mundo. Tenga en cuenta que no todos estarán tan preparados como usted. Cuando se tope con otros supervivientes no los acoja sin más. La mayoría de ellos serán más un lastre o un peligro que una ayuda. Desconfíe de los que le ofrecen socorro. A veces los vivos son peores que los muertos.

7.Use armadura. Sí, las vecinas ya no le criticarán por llevar pintas raras y los porteros de la discoteca no le dirán nada por vestirse así. Y si lo hacen, siempre puede aplastarles la cabeza de manera preventiva. ¿Quién sabe si eran o no unos no-muertos? Las armaduras son esenciales, especialmente en cuello, cabeza y extremidades, que son, estadísticamente, los puntos donde se cocentran el 80% de los mordiscos de zombies. Los chándal, los polos Lacoste o los tops con escote no son precisamente a prueba de mordiscos. Lo ideal son las armaduras de los antidisturbios, pero unos abrigos gruesos o unas armaduras improvisadas son mejor que nada.

8.No subestime el factor "Marea cadavérica". Si tiene suerte, los zombies serán lentos y torpes, pero vendrán en números incontables, suficiente como para dejarnos sin balas o acorralar a aquellos que se hubiesen confiado de su velocidad.

9.Evite las grandes ciudades, los centros comerciales, los teatros, cines y demás lugares que suelen estar a menudo abarrotados de gente. Los zombies antes eran gente ¿Y sabe dónde hay gente a punta pala? Pues eso.

Furiosos jovenes 20añeros exigiendo su derecho a una vivienda digna.

10.Despréndase de los objetos que nos sean de primerísima necesidad. Recuerde que el oro, las joyas y el dinero han dejado de tener valor. No vaya por ahí cargado de cosas que no va a necesitar ni se pare a espoliar casas y/o cadáveres. No se le ocurra ir al banco a sacar dinero. Eso sólo dará infinitas y truculentas posibilidades de encuentros zombie.



11.Evite el coche. En un mundo lleno de zombies ¿Adonde querrá ir? No tenga esperanzas de encontrar focos de resistencia ni un lugar que no haya sido afectado. Alejarse de sus lugares conocidos será lo peor que pueda hacer. Los coches tienden a estropearse o quedarse sin gasolina en los lugares menos apropiados. Esto le obligará a ir a pie en lugares desconocidos y, téngalo por seguro, infestados de zombies. Además, los coches no presentan la mejor de las protecciones en caso de verse rodeados de no muertos.

12.Hagan acopio, pero ya. El fin se acerca y las provisiones se agotarán con rapidez. Llenen su despensa con latas de conserva y pastillas potabilizadoras. Cuando vayan por su barrio comprueben los puntos flacos de una posible defensa y tracen rutas de huida. Acostúmbrese a verlo todo desde el punto de vista de la invasión. ¿Quién sabe cuando comenzará?

Y rece porque nos toquen los zombies lentos.